¿Crees que es el momento adecuado para implicar a los niños en las tareas domésticas? Ayudar en casa puede ser un juego para los niños, pero también una valiosa lección en la que aprenden habilidades nuevas y se sienten importantes y responsables. ¿Qué tareas son adecuadas para los más pequeños y cuáles son los peligros que hay que tener en cuenta?
A los niños les encanta imitar a sus padres, lo cual demuestran los populares juegos de profesiones. Antes de implicar a los niños en las tareas domésticas, hay que aceptar dos cosas: todo les llevará mucho más tiempo y la ejecución de cada tarea no será perfecta. Sin embargo, implicar a tus hijos en el cuidado de la casa tiene muchas ventajas que se reflejarán en el futuro.
Los deberes contribuyen a crear hábitos saludables a una edad temprana, refuerzan la relación padres-hijos (si, por supuesto, se hacen de forma razonable) y ayudan a los niños a convertirse en adultos independientes, seguros de sí mismos y con objetivos que no temen asumir responsabilidades. Cuanto más mayores sean los niños, más exigentes serán las tareas que se les pueden asignar, pero para los niños de 2 a 3 años, empieza con las siguientes actividades.
1. Ordenar y guardar la colada
Clasificar la colada y luego guardarla en los armarios puede ser muy divertido para los niños. Parecido a un juego de memoria, emparejar calcetines requiere que encuentren dos piezas iguales. Pero la clasificación de la colada no acaba ahí. Puedes poner en sus manos la ropa limpia de todos los miembros de la familia para que la clasifiquen en montones, y también pueden trabajar doblando la ropa. Esto no solo trabajará las habilidades motrices, sino también el pensamiento lógico y revelará los distintos rasgos de carácter de los niños. Puede que descubras que tu hijo es un perfeccionista o que, por el contrario, no le importa en absoluto la ropa bien doblada.
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2. Poner la mesa
¿Es la cena de todos los días o la comida del domingo un acontecimiento familiar? Deja que los niños pongan la mesa. Los niños de tres años ya saben poner los platos y los cubiertos, guardar los vasos e incluso decorar la mesa. Su imaginación y atención al detalle se harán notar, pero además aprenderán los principios de los buenos modales en la mesa y sabrán cómo comportarse en un restaurante o en una fiesta fuera de casa. También puedes pedirles ayuda después de la comida. Puede que aún no sepan meter los platos usados en el lavavajillas, pero deberían ser capaces de apilarlos en la encimera de la cocina.
3. Llenar botellas de agua
¿Tú también llevas botellas de agua en cada paseo? No te quedes de hacer y haz que los niños se encarguen de llenarlas. Las botellas de agua sostenibles están hechas de un material irrompible, así que de lo único que hay que preocuparse es de una pequeña inundación. Llenar la botella con agua del grifo no debería ser un problema, pero sí podría ocurrir un accidente si tu hijo decide derramar zumo de un envase de zumo, por ejemplo, en su propia botella.
4. Quitar el polvo
Muchos padres consideran que quitar el polvo de las estanterías es un trabajo aburrido y poco interesante que hay que hacer de vez en cuando. Involucra a los niños en esta actividad: se sentirán importantes y responsables. Ponles a cargo de las estanterías de la habitación de los niños, donde hay objetos irrompibles. Seguro que los peluches y los libros pueden doblarse y volver a colocarse en su sitio sin ningún percance. No hace falta que utilicen abrillantadores en spray, bastará con un paño seco o paños húmedos.
5. Ordenar los juguetes
Ordenar los juguetes después de cada sesión de juego es una de las primeras tareas con las que los niños entran en contacto. Pueden empezar a una edad muy temprana, ya que colocar los peluches en su sitio no es difícil. La organización de los juguetes puede dividirse en dos niveles. El primero será una simple ordenación de los juguetes del centro de la habitación, posiblemente trasladando los juguetes del salón a la habitación infantil, por ejemplo. El siguiente nivel consiste en volver a colocar los juguetes en su sitio, en el lugar al que pertenecen y desde el que los niños los han movido. Por eso es buena idea colocar las estanterías de la habitación infantil a una altura adecuada para que los niños puedan alcanzarlas.
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6. Hacer la cama
Hacer la cama lleva poco tiempo, pero mucha gente lo pospone durante mucho tiempo. Convierte esta actividad en una rutina matutina e implica a tu hijo pequeño en ella. Después de la higiene matinal y de vestirse, los niños pueden hacer la cama, pero cuenta con que tardarán un rato en hacerla a tu gusto. La perfección en este caso no es necesaria en absoluto, lo importante es que los niños desarrollen un buen hábito.
7. Regar plantas y jardines
Regar las plantas de casa o cuidar el jardín no puede salir mal a tus hijos. ¿No te atreves a confiarles tus queridas plantas? Ofréceles al menos el papel de portadores de agua. Seguro que saben llenar una regadera, ¿verdad? Más adelante, confía un poco en ellos y deja que se ocupen ellos mismos de las plantas de interior o las flores del jardín. Se sentirán orgullosos porque has puesto en sus manos el cuidado de algo vivo. Seguro que esto les anima a ofrecer su ayuda la próxima vez.