Los primeros días con el bebé: ¿Qué esperar?

  Categorías: Bebés y niños pequeños,
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20. ene'25

Acabas de volver de la maternidad y el bultito más pequeño y frágil está tumbado en su cuna. Le miras y de repente te entra el pánico. Te das cuenta de que tienes un recién nacido en casa y que tú y tu pareja estáis solos. No hay ninguna enfermera, y mucho menos un médico. Te aconsejaremos cómo afrontar los primeros días en casa con un recién nacido y cuándo pedir ayuda.

Cuando vuelvas a casa de la maternidad, nada será como antes. Tu vida cambiará radicalmente y todo girará en torno al cuidado de tu bebé en los próximos años. Habrás pasado los últimos nueve meses preparándote para estos momentos, pero puede que ciertas cosas aún te sorprendan. ¿Cómo serán tus primeros días con el bebé?

Grandes cambios para el bebé

Al igual que tú, el bebé tiene que adaptarse a un nuevo entorno y a una nueva situación. De repente, ya no está en la seguridad del vientre materno, donde está oscuro, está bien y se oyen sonidos agradables. Tras una estresante llegada al mundo, se encuentra en un entorno desconocido, lleno de luz, sonidos y olores. No es de extrañar que los primeros días en este mundo sólo anhele dormir y llorar. Además, el recién nacido cubrirá sus necesidades básicas:

  • Alimentación: el estómago de un recién nacido tiene el tamaño de una pelota de ping pong, por lo que el bebé necesitará alimentarse cada 2-4 horas. No es necesario que anotes un horario de lactancia de inmediato, intenta alimentar al bebé a demanda. Mientras le das el pecho, no solo le aportas los nutrientes necesarios, sino que también satisfaces su necesidad de proximidad, calor y reflejo de succión. Si no puedes o no quieres darle el pecho, dale el biberón en las mismas posiciones que cuando se da el pecho.
  • Sueño: cuando un recién nacido no come, lo más probable es que esté dormido. De hecho, los bebés duermen entre 2 y 3 horas varias veces al día poco después de nacer. Es importante despertar y dar de comer al bebé después de tres horas de sueño, lo que os ayudará a crear una rutina juntos y también evitarás que el bebé se aletargue después de un sueño largo. También debes estar preparada a que el bebé pueda hacer todo tipo de sonidos durante el sueño, como ronquidos, eructos o incluso silbidos. Estos sonidos son completamente normales, pero mantente alerta si el bebé respira más deprisa de lo habitual, gruñe después de cada respiración, hace pausas de más de 10 segundos entre una respiración y otra, está azulado, letárgico y con fiebre.
  • Cambio: A un recién nacido sano se le cambiará con bastante frecuencia (hasta 12 veces al día). Es posible que tengas que cambiarle antes y después de las tomas, así que hazte con una buena provisión de pañales. Durante los dos primeros días de vida de tu bebé encontrarás meconio, las primeras heces de un recién nacido, en el pañal, pero una vez en casa las heces deberían volverse verdosas o amarillentas. Cambia al bebé siempre que sea necesario y no le dejes con el pañal húmedo.
  • Llanto: a los padres no les entusiasma precisamente que los recién nacidos lloren, pero es importante recordar que el llanto es la única forma que tiene el bebé de comunicarse. Con el tiempo, aprenderás a reconocer y responder a los distintos tipos de llanto. Los bebés dejarán de llorar cuando vean satisfechas sus necesidades. Si crees que has hecho todo lo posible y el llanto no cesa, ponte en contacto con tu pediatra.

Recien nacido bostezo

Fuente foto: Freepik

Sin pánico, pero...

... si sientes que algo va mal o no puedes afrontarlo, acude a tu pediatra o, en los casos más graves, a un servicio de urgencias pediátricas. Busca ayuda médica lo antes posible si tu recién nacido presenta alguno de los siguientes síntomas:

  • decoloración azulada de la piel
  • coloración amarillenta de la piel y el blanco de los ojos
  • vómitos repetidos
  • enrojecimiento, hinchazón y/o pus alrededor del cordón umbilical
  • letargia extrema
  • inapetencia
  • pérdida de peso
  • aumento de la temperatura corporal
  • tos
  • llanto incesante
  • respiración anormal
  • menos de tres pañales mojados en 24 horas.

Durante las primeras semanas, son frecuentes en los recién nacidos diversos cambios en su estado de salud. Algunos bebés sufren ictericia, cólicos o los mencionados problemas de cicatrización umbilical. Por eso es importante acudir a las clínicas neonatales con los niños y no preocuparse en casa a puerta cerrada. El pediatra comprobará regularmente si el bebé está engordando y le hará preguntas sobre el sueño y el cambio de pañales.

Recien nacido madre

Fuente foto: Freepik

Cambios físicos y psíquicos de la madre

El embarazo es duro para una mujer, pero lo que el parto provoca en el cuerpo y la psique de una mujer es otra cuestión. El parto es una hazaña atlética y no es de extrañar que todo el cuerpo te siga doliendo durante días después. Lo peor probablemente esté "ahí abajo". Sigues sangrando cada vez que te levantas y, de repente, las compresas posparto gigantes se convierten en tus mejores amigas.

Otra parte del cuerpo que sufre cambios son los pechos. Pesan mucho, están llenos de leche y duelen incluso sin que el bebé tire de ellos. Puede que tengas mucha más leche de la que tu bebé puede tomar, así que no dudes en sacarte leche o extraértela y guardarla para más adelante.

Las mujeres después del parto también pueden sufrir estreñimiento y tardarán al menos unos días en poner en orden su sistema digestivo. El estreñimiento puede estar causado por hemorroides, narcóticos posparto o una episiotomía, es decir, una incisión perineal. Prueba con laxantes naturales, como infusiones que estimulan el movimiento intestinal, o apuesta por las ciruelas pasas y los alimentos ricos en fibra.

En la mayoría de los casos, sin embargo, la parte psicológica sufre mucho más que la física, y mirarse en el espejo ante el propio cuerpo no aporta nada. Se supone que las primeras 24 horas son las peores. Las hormonas serán una montaña rusa. Estarás feliz de tener al bebé contigo, pero también agotada, asustada, irritable, estresada, cansada y dolorida. Después del parto, tu cuerpo hará todo lo posible por controlar tus niveles hormonales, pero suele llevar tiempo. Es en este momento cuando suelen aparecer la tristeza posparto y la depresión postparto. Tras el parto, es importante que la mujer tenga a su lado a alguien que la apoye y le eche una mano sin que ella lo pida.

Las necesidades del bebé son la primera prioridad para la madre tras volver a casa de la maternidad, pero la segunda (o también la primera) debe ser la salud de la madre. No pospongas tampoco la visita al médico si tienes fiebre, coágulos de sangre del tamaño de pelotas de golf, dolor agudo de cabeza o pecho y ardor al orinar. También debes acudir al médico si tu flujo vaginal huele mal, lo que puede ser síntoma de infección, y si tu abdomen se vuelve sensible. Tampoco te guardes para ti los pensamientos desagradables y los sentimientos de desesperanza.

Tu pareja también notará los cambios

Puede que no haya traído un bebé al mundo, pero eso no significa que tu pareja vaya a estar bien mental y físicamente durante los primeros días (o incluso semanas) con el bebé. Tu pareja también sufrirá falta de sueño, estará agotada y abrumada por las emociones. Es buena idea hablar abiertamente antes del parto sobre cómo serán las cosas en casa después de que nazca el bebé.

¿Quién cambiará al bebé y cuándo? ¿Qué pasará con la cocina y la limpieza? ¿Aceptarás ayuda doméstica profesional o tu suegra se mudará con vosotros durante un tiempo? Ahora sois una familia, así que debéis repartiros equitativamente el cuidado del bebé y de la casa y no dejarlo todo en manos de una sola persona.

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